El empleado/a limón

El empleado/a limón es el nuevo tipo de empleado público o privado que resulta de la impunidad pública o privada a la hora de establecer nuevas condiciones laborales, horarias y salariales, siempre en detrimento del trabajador/a en aras de la estabilidad económica, social, laboral pública o privada pero nunca perjudicando a quienes se sitúan en lo más alto de la pirámide económica, social o laboral. 



El empleado/a limón, público o privado, que todavía no ha sido lo suficientemente exprimido y aún no ha sido desechado, ha visto disminuir la calidad de su puesto y mermar su poder adquisitivo de forma exponencial en los últimos tiempos. Sólo en caso de fortuna, es decir en caso de tener un contrato de más de 24 horas, 15 días, un mes... (elíjase la opción que se desee), ha podido ejercer su derecho a la huelga. 

El empleado/a limón es en parte fruto de la corrupción española, porque lo que fue nuestro opaco Estado del Bienestar se lo desayunaron unos cuantos (el famoso 1% del que habrán oído hablar) favoreciendo una legislación laboral tan flexible que, como las gomas elásticas usadas, ha acabado por reventarse en las narices de los millones que eligieron a quienes nos gobiernan. Nos han quedado unas cuantas Ruinas Modernas y una secuencia de escándalos de corrupción urbanística que son sólo la puntita del iceberg.

Nos han quedado también unos estupendos profesionales de la medicina a quienes contratan trimestralmente después de años y años de experiencia, unos profesores que van a trabajar enfermos porque los tres primeros días de baja se les descuenta la mitad del sueldo, y unos jueces indignados porque la justicia sea de pago, investigando contra corriente.


Todos ellos trabajan codo a codo o se cruzan diariamente con otros empleados limón de incorporación más reciente al mercado laboral que desarrollan el mismo trabajo, pero cobran menos y tienen peores condiciones, sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza, a pesar de las indemnizaciones o pensiones vitalicias millonarias a los directivos de empresas que nos roban mensualmente, o de los sueldos públicos que se cobran ad eternum por haber desarrollado un cargo.

El empleado/a limón tardará años en recuperar los derechos por los que se luchó en la época de sus abuelos y sus padres.

Al empleado/a limón le queda el derecho a la protesta de café y también aportar su grano de arena para conseguir que durante los próximos gobiernos se produzca un cambio cuanto más rápidamente mejor hacia una mayor democracia (krátos - poder, del démos - pueblo, ¿recuerdan?) y una mayor transparencia.

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